Dejar atrás el chupete puede convertirse en una auténtica aventura tanto para los niños como para sus padres. Muchos progenitores enfrentan este proceso con inquietud, preguntándose cómo abordar esta etapa sin estrés ni lágrimas innecesarias.
La Dra. Lorena Fernández Liarte, pediatra del Hospital Universitari Dexeus, explica que la mejor manera de conseguirlo es hacerlo de forma natural y amable: “Podemos y debemos promover la retirada gradual del chupete a partir del primer año de vida, siempre respetando los tiempos del niño y sin prisas, con el objetivo de lograrlo hacia los dos años”.
Esta recomendación es respaldada también por la Asociación Española de Pediatría, que considera que alrededor de los 24 meses es el momento más adecuado para completar el proceso.
Consejos para retirar el chupete sin drama
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Experiencia divertida
La retirada del chupete no tiene que ser una lucha. Al contrario, puede ser una experiencia tranquila e incluso divertida. La clave está en utilizar estrategias creativas adaptadas al niño y a su entorno familiar. Entre los métodos sugeridos por los especialistas destacan algunos especialmente efectivos y simpáticos:
La caja mágica de los chupetes: Escoger una caja atractiva y animar al niño a que guarde allí todos sus chupetes, explicándole que pueden regalárselos a un familiar, un amigo o un vecino más pequeño, porque él ya ha crecido.
El libro del ratón fisgón: Los cuentos infantiles pueden ser grandes aliados. Personajes conocidos, como el ratoncito Pérez, pueden llevarse no solo los dientes, sino también los chupetes, dejando un pequeño regalo a cambio y haciendo más sencillo este proceso emocional.
Días sin chupete: Un calendario colorido con pegatinas puede ayudar al niño a visualizar sus progresos. Cada día que pase sin usar el chupete se marca de manera especial y, al final de la semana, puede celebrarse con una actividad divertida o un pequeño premio que refuerce positivamente el esfuerzo del niño.
Un sustituto especial: Como el chupete es un objeto de apego emocional para el niño, es importante sustituirlo por otro elemento reconfortante, como un peluche suave o una mantita agradable. Este nuevo “amigo mayor” acompañará al niño en esta nueva etapa de crecimiento.
Evitar traumas
Es importante hacer que el niño se sienta confiado y seguro durante el proceso
Pero más allá de estos trucos prácticos, la Dra. Fernández Liarte destaca un factor clave: la paciencia y el cariño. “Lo importante es hacerlo sentir confiado y seguro, acompañarlo durante todo el proceso y celebrar uno más de sus pequeños grandes logros”, enfatiza.
Ritmo propio
La transición no debe ser abrupta ni traumática. Cada niño tiene su propio ritmo, y los padres deben adaptarse a él, observando y acompañando con tranquilidad. Lo importante es entender que el chupete ha cumplido su función durante los primeros años de vida y que retirarlo adecuadamente contribuirá positivamente al desarrollo emocional y dental del niño.
En definitiva, decir adiós al chupete no tiene que ser complicado si se afronta con empatía, imaginación y respeto por los tiempos del pequeño. Como concluye la especialista, “con ingenio, paciencia y cariño, sé que lo conseguiréis”.