La inteligencia artificial está sacudiendo el mundo de la inversión. Ya sean grandes gestoras de capital riesgo o particulares aficionados a la inversión en bolsa, todos utilizan esta tecnología. Como en otros sectores, el algoritmo inteligente ayuda a automatizar funciones y mejorar análisis y predicciones. Incluso hay quienes advierten que dentro de unos años la IA será capaz de sustituir completamente la figura del inversor.
De momento, la industria todavía no está ahí. “La IA es por ahora una herramienta de trabajo que nos ayuda a tomar mejores decisiones de inversión y reducir la carga de trabajo. Nos sirve para reducir alrededor de un 30% de tareas repetitivas, hacer análisis de mercado y comparar operaciones similares que hicimos en el pasado”, comenta Joan Pina, impulsor de Abac Capital y Abac Nest.
Según una encuesta del Foro Económico Mundial, el 93% de las grandes gestoras de 'private equity' prevé que la IA dispare su valor
La gestora de fondos barcelonesa reconoce que ha querido ser un early adopter de esta tecnología, asumiendo los riesgos que conlleva. “Somos conscientes de que la IA no es fiable al 100%, sino en el 80 o el 90% de los casos. Por eso, siempre supervisamos los resultados y tomamos personalmente las últimas decisiones”. Además, Abac ha querido reducir los riesgos de ciberseguridad con la inversión en una plataforma de IA privada, que protege los datos confidenciales y sensibles que a menudo tiene que gestionar.
El caso de Abac ejemplifica el potencial de la IA en el sector de la inversión. Aunque el ritmo de implantación no es uniforme, el impacto es transversal. Un estudio del Foro Económico Mundial apunta que 30 grandes gestoras de private equity a nivel global –que manejan cantidades ingentes de dinero, más de 3 billones de dólares– utilizan en su día a día la tecnología. Este año, solo el 2% espera un impacto de gran valor, dentro de 3 a 5 años, el 93% anticipa cambios moderados o sustanciales en su operativa habitual.
Desde la firma de inversión Arcano Partners, con más de 20 años de experiencia, apuntan que efectivamente el potencial de la IA es enorme. “La tecnología se utiliza en muchas áreas de trabajo: el análisis de datos, la automatización de tareas como los procesos de due dilligence , la detección de oportunidades, los análisis de riesgos o la gestión de las carteras”, comenta Óscar de la Torre, asesor senior del área de tecnología de la gestora madrileña. En la misma línea de Abac, De la Torre alerta de los riesgos, de las conocidas “alucinaciones” de la IA, que brindan respuestas erróneas, y de los problemas de ciberseguridad.
Lee tambiénLos retos de la IA dentro de la empresa
En el ámbito del pequeño inversor, la IA también ha irrumpido con fuerza. El emprendedor Cristian Gómez, que lidera la startup Tradeasy, ofrece desde hace años una solución a particulares que robotiza movimientos rápidos en bolsa, haciendo más accesible una tecnología que solo tienen las grandes firmas de inversión. “En los últimos meses, hemos aplicado la IA y la operativa es mucho más eficiente. Por ejemplo, podemos ofrecer propuestas de estrategias de inversión mucho más rápido: en cuestión de cinco minutos tenemos respuestas que antes tardábamos casi un mes en obtener”, apunta.
Además, se ha detectado un uso extendido de ChatGPT –y otras plataformas análogas– por parte de particulares con poca experiencia en el mundo de la inversión, lo que ha hecho saltar las alarmas a los supervisores de los mercados.
El pasado mes de marzo, la Autoridad Europea de Valores y Mercados alertó de los riesgos de confiar en las plataformas de IA generativa en la toma de decisiones de inversión. “Las herramientas de IA pueden brindar un apoyo valioso en muchas áreas, pero también conllevan riesgos. Pueden generar consejos que podrían ser inexactos o engañosos, lo que podría resultar en malas decisiones de inversión y pérdidas financieras significativas”, advirtió la ESMA en un documento. En este sentido, el regulador europeo también advierte de los riesgos de la privacidad y recomienda a los s particulares confiar siempre en profesionales del mundo de la inversión.
De momento, existe consenso en que el inversor es superior a la inteligencia artificial, pero los papeles se podrían invertir en un escenario no tan lejano. “Cuando llegue al mercado la inteligencia artificial general, la tecnología será superior a las capacidades humanas de un inversor y esto podría tener un gran impacto en la industria”, apunta De la Torre. Según el tecnólogo de Arcano, este escenario está cerca: podría llegar dentro de dos, cinco o diez años, en función de los estudios que ha consultado.
Cristian Gómez coincide con el asesor de Arcano. “Dentro de cinco o diez años la tecnología será capaz de tomar buenas decisiones de inversión sin requerir la supervisión de un humano, lo que puede hacer desaparecer a la figura del inversor profesional”, sostiene.
El estado actual de la inteligencia artificial generativa permite dar un resultado fiable en entre el 80 y el 90% de los casos, según los inversores
Si este escenario llega a ser una realidad, ambos expertos coinciden en que se abrirá un gran debate en el sector. “Será un asunto relevante determinar quién será el último responsable detrás de cada decisión, y probablemente siempre habrá un humano detrás, ya sea respondiendo en nombre de la plataforma o de la firma de inversión”, señala Gómez.
Además, “se abrirá un gran debate ético sobre la necesidad del rol del inversor y el protagonismo de la tecnología en la toma de decisiones”, apunta. En todo caso, Gómez indica que la regulación será clave para establecer limitaciones y, en este sentido, apunta que seguramente será la única herramienta para frenar el avance de la inteligencia artificial general.
