¿Cómo funciona la donación de médula ósea?

Médula ósea

Cualquier persona entre 18 y 55 años con un buen estado de salud puede ser donante

Horizontal

Una de las jornadas de donación de médula ósea organizada en la escuela Vedruna de Girona

Terceros

Aunque todos han oído hablar de la médula ósea, pocos podrían describir exactamente qué es. Se trata de un tejido esponjoso que se encuentra en el interior de los huesos largos y planos, como la cadera, el esternón, las costillas y el cráneo. Lo más destacado de la médula ósea es que está formada por células madre, que tienen capacidad de autorregenerarse. Esto les permite producir más células madre y dividirse para generar otros tipos de células sanguíneas, como los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas, que desempeñan un papel fundamental en la defensa del cuerpo contra infecciones.

Existen enfermedades que solo pueden curarse mediante un trasplante de la médula ósea. Se trata de enfermedades sanguíneas derivadas de las células madre de la médula, como la leucemia, el linfoma y el mieloma múltiple. También puede indicarse en enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple. El trasplante consiste en sustituir las células madre de la médula ósea enferma por las de un donante sano. El doctor Gonzalo Gutiérrez, hematólogo del Hospital Clínic Barcelona, explica que “el primer objetivo es que las células que hemos istrado se reproduzcan y crezcan. El segundo es la curación de la persona”.

El primer objetivo es que las células que hemos istrado se reproduzcan y crezcan. El segundo es la curación de la persona

Doctor Gonzalo GutiérrezHematólogo del Hospital Clínic Barcelona

Cuando las células madre se obtienen del propio paciente, se conoce como trasplante autólogo. Si las células provienen de un donante compatible, se trata de un trasplante alogénico. Generalmente, el padre o la madre suelen ser 100% compatibles, aunque los hermanos tienen solo un 25% de probabilidad de serlo. Si no hay un hermano compatible, se busca un donante no emparentado en los registros de donantes del país o internacionales. Estos registros proporcionan información sobre los donantes voluntarios. Dado que, en muchos casos, esta es la única opción de curación para algunas personas, la concienciación pública sobre la donación de las células madre es fundamental.

Para ser donante y determinar la compatibilidad con un paciente, se realiza un estudio de antígenos leucocitarianos humanos, que son proteínas presentes en las células. Para ello, basta con obtener una muestra de sangre o saliva tanto del donante como del receptor, con el fin de identificar qué donante tiene las células más compatibles con las del receptor. Cualquier persona entre 18 y 55 años, que goce de un buen estado de salud general, puede ser donante. En España, además de las campañas puntuales para encontrar donantes, cualquier persona puede registrarse como donante en el Registro Español de Donantes de Médula Ósea.

Existen diferentes procedimientos para obtener las células madre del donante. El primero consiste en extraerlas directamente de la médula ósea mediante aspiración, realizando varias punciones en la parte posterior de la pelvis o la cadera. Este procedimiento se lleva a cabo en el quirófano, bajo anestesia, por lo que no causa dolor. Tras la intervención, se requiere un día de ingreso y, en algunos casos, puede ser necesaria una transfusión de sangre, que podría ser una autotransfusión. El único efecto secundario habitual es dolor en la zona de la punción, que suele durar entre 24 y 48 horas.

Las células madre también pueden obtenerse de una vena periférica, ya que en condiciones normales estas células circulan por la sangre. Para aumentar su concentración, se istra un fármaco estimulante y luego se extraen mediante un procedimiento llamado aféresis. Durante este proceso, el donante se conecta a una máquina que extrae su sangre, la centrifuga para obtener las células madre y luego la devuelve al cuerpo, similar a un procedimiento de diálisis. Este método no suele conllevar riesgos y no requiere ingreso hospitalario.

Las células se istran como quien hace una transfusión de sangre

Doctor Gonzalo GutiérrezHematólogo del Hospital Clínic Barcelona

¿Cómo es el proceso de trasplante?

Primero, se elimina la médula ósea enferma mediante quimioterapia y/o radioterapia, un proceso conocido como acondicionamiento. La agresividad del tratamiento depende de la enfermedad y la edad del paciente. Una vez realizado este paso, el paciente ingresa en una unidad especializada del hospital, en una habitación aislada para evitar infecciones, ya que en ese momento carece de defensas. Luego, se coloca el catéter venoso en la zona del cuello o la clavícula. Después de esta preparación, según el doctor Gutiérrez, “las células se istran como quien hace una transfusión de sangre”.

Esta infusión suele ser bien tolerada. En algunos casos, el paciente puede experimentar escalofríos, fiebre o náuseas, especialmente si las células han sido congeladas, pero estos efectos no suelen causar complicaciones. Después del trasplante, el paciente permanece aislado durante 2 o 3 semanas para evitar infecciones, ya que en ese momento su sistema inmunológico está comprometido. Durante este período, las células trasplantadas comienzan a crecer y producir glóbulos blancos, rojos y plaquetas. Este proceso puede tardar entre 2 y 3 semanas. Una vez que las nuevas células han logrado restaurar las funciones sanguíneas, el paciente recibe el alta, aunque continúa con un seguimiento médico periódico. Así, aunque es un proceso puede parecer complejo, es totalmente seguro tanto para el paciente como para el donante.

Etiquetas
Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...