El dinero en efectivo brilla con el apagón

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El corte de suministro da una segunda oportunidad al dinero físico, en lento retroceso y que se reivindica en los planes de emergencia

10 - 01 - 2013 / Billetes de Eur / Moneda - Billete / 5 Eur 10 Eur 20 Eur 50 Eur 100 Eur 500 Eur / Foto: Llibert Teixido

El auge de tarjetas, bizums y móviles reduce el uso de esta forma de pago

Llibert Teixidó

El lunes 28 de abril todo el mundo se quedó sin luz, y algunos incluso sin blanca. Fue el momento de echar en falta objetos en desuso, como el transistor, las velas y también unos billetes con los que comprar algún suministro básico. La ausencia de dinero en efectivo se convirtió en un inesperado imprevisto y funcionó, además, como un aviso en toda regla ahora que esta forma de pago, aún mayoritaria, asiste a un lento pero continuado declive. Los defensores de esta modalidad tienen ahora nuevos argumentos para ­defenderla.

“La situación creada demuestra hasta qué punto el dinero es imprescindible en términos de seguridad”, afirma Javier Rupérez, el presidente de Denaria, la asociación que defiende el dinero en efectivo. Rupérez, que tiene una amplia carrera como político y diplomático, es categórico en este aspecto: “El dinero físico permite la subsistencia del sistema”.

Según el último estudio sobre hábitos en el uso del efectivo del Banco de España, el pago a tocateja sigue estando muy presente, pero retrocede con velocidad conforme se asientan las tarjetas de crédito y ganan fuerza alternativas como Bizum o el móvil. El 57% de los encuestados dice usar a diario efectivo, cuando un año antes el porcentaje era del 65%. En el 40% de los comercios la tarjeta ya domina los pagos.

Los defensores del dinero contante y sonante avisan de que España no incluye en sus planes de contingencia ante situaciones como el reciente apagón una reserva de efectivo, pese a su importancia estratégica y a que en los kits de supervivencia europeos sí aparece. La recomendación es tener siempre a mano la cantidad suficiente para afrontar los gastos de una semana.

Lo cierto es que, en condiciones normales, la regulación española sí garantiza el uso de efectivo, y también lo limita. Los comercios están obligados a aceptarlo, si bien existe un máximo de 1.000 euros para controlar la economía sumergida. La cifra no se ha revisado con la inflación y, desde que está en vigor, ya ha perdido cerca del 20% de su valor.

Sus defensores piden incluirlo tanto en los kits de supervivencia como en la estrategia de seguridad

Rupérez indica que en otros países europeos el importe es mayor, de hasta 10.000 euros, y rechaza que se asocie el efectivo con los pagos en negro. “Es una idea más bien propia de películas. Donde está la economía sumergida de manera abrumadora es en el sistema digital”, asegura.

El BCE calcula que cada año se hacen pagos por valor de 240 billones de euros en la zona euro, frente a los 1,6 billones de monedas y billetes en circulación. España figura, en realidad, entre los países que aún conservan un mayor uso de efectivo, solo por detrás de Italia, Malta, Austria y Eslovenia. Los países nórdicos fueron los más ágiles al prescindir de él y ahora están recorriendo el camino inverso ante la amenaza rusa.

En España, el apagón ha sido la demostración de que, pese a la lejanía de Rusia, el país también está expuesto a situaciones excepcionales. “Es una muestra clara de la fragilidad del ecosistema digital y de la necesidad de contar con una alternativa física, robusta e independiente”, insiste Rupérez.

La asociación ha pedido que se incluya el efectivo entre las infraestructuras críticas. Para ello, intenta promover una enmienda al proyecto de ley de Seguridad Nacional que, al menos en las reuniones celebradas, ha tenido buena acogida en el PSOE y en el PP.

Los expertos señalan que prácticamente todos los países del entorno han incluido el efectivo en sus regulaciones. Van desde el caso francés, en el que se contempla una distancia máxima hasta un cajero, hasta el finlandés, donde se establece una red de comercios críticos con dinero físico, grupos electrógenos y sistemas especiales de abastecimiento para responder a una emergencia.

Mientras Rupérez afirma que el efectivo “no es una reliquia del pasado, sino una necesidad estratégica”, los bancos reivindican la solidez y “rápida” restitución de sus sistemas de pago el día del apagón. “Los canales digitales y de pago, incluido Bizum, han operado con normalidad, y los cajeros volvieron a funcionar con el restablecimiento del servicio eléctrico”, afirman.

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